Al iPhone X -conocido como iPhone diez y de tecnología iOS 11-, lo diferencia de los Android su nuevo sistema de control y seguridad por el sistema de reconocimiento facial del face ID, que permiten hasta crear emojis con la cara de propietario y con animación en 3D.
Apple lanzó al mercado iPhone X con una innovación en su tecnología, el control por gestos sobre la pantalla para funciones tan básicas como volver a la página principal, pero por sobretodo ha integrado un sistema de reconocimiento facial, el Face ID, que reconoce el rostro del propietario y desbloquea el resto del teléfono con total invisibilidad y naturalidad.
Aunque no es el primero en incorporar este sistema biométrico, lo antecede el Samsung Galaxy S8, entre otros, la novedad está en las garantías fiables que le otorga al propietario; Apple afirma que no lo pueden engañar fotografías ni caretas, además funciona hasta en la oscuridad.
ANIMOJIS Esta nueva función exclusiva del iPhone X, escaneará el rostro de su propietario para ponerle sus gestos a cualquier emoji, mediante tecnología 3D crear emoticones vivos.
En el aparato, el cambio más evidente es la pantalla que cubre prácticamente toda la superficie frontal. El iPhone X viene con pantalla OLED -siglas en inglés de Organic Light-Emitting Diode- un tipo de diodo que se basa en una capa electroluminiscente formada por una película de componentes orgánicos que reaccionan a una determinada estimulación eléctrica, generando y emitiendo luz por sí mismos. Una tecnología que también es conocida en LG, mientras que Samsung, opta por un panel AMOLED con beneficios similares; colores intensos, negros puros, buenos niveles de contraste.
Para tener una referencia visual es posible comparar sus dimensiones con las del iPhone 7 (la versión normal, no Plus): es sólo unos milímetros más grande, con una pantalla de 5,8 pulgadas frente a 4,7 pulgadas. Como consecuencia, el aspecto es muy atractivo y, teniendo en cuenta el tamaño de esta superficie, resulta mucho más cómodo utilizar y transportar.
La única zona de la superficie frontal no cubierta por la pantalla es una pequeña pestaña negra situada en la parte superior en la que se alojan la cámara frontal y distintos sensores. Como se esperaba -y lo que se ha convertido en una de las decisiones más arriesgadas- no hay rastro del botón de home y, con él, ha desaparecido el lector de huellas. Ninguno de los teléfonos de la competencia con este concepto de pantalla lo ha hecho hasta ahora, optando en su lugar por trasladarlo a la parte trasera.
Para empezar, las dimensiones. Mientras que Apple y Samsung han optado por teléfonos de grandes dimensiones (5,8 pulgadas en el iPhone X y 6,3 pulgadas en el Galaxy Note 8), los ejecutivos de Sony han preferido un tamaño más reducido. Ellos confían en que el usuario prefiere los formatos más pequeños. Es así que el Xperia XZ1 es de 5,2 pulgadas, mientras que su versión Compact es de 4,6. De igual manera, Apple y Samsung decidieron quitarle los bordes al teléfono; es decir, la pantalla ahora ocupa toda el área del móvil. Sin embargo, el Xperia XZ1 contiene bordes tradicionales.
Con respecto a cámara y funcionalidades, las opciones varían. Tanto Apple y Samsung han optado por la cámara dual, que ayuda con la estabilización de la imagen, mientras que el Xperia XZ1 de Sony aún confía en el monolente. Eso sí, el iPhone queda por detrás en la resolución de su pantalla: 2.436 x 1.125 píxeles que no alcanzan los 2.960 x 1.440 píxeles de sus contrincantes.
La novedad de Sony es el escáner 3D, que permite digitalizar rostros para impregnarlos en imágenes o GIF’s. Apple, por su parte, ha optado por el Face ID, su nueva función de reconocimiento facial.
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