Ser Influencer es estos días es tan importante en la sociedad como comer. Seguir a quienes puedan inluenciar en nuestros estilos de vida es importante, y más aún lo es cuando marcas buscan a estos para que sean sus “embajadores” en las redes. El hobby se transformó en profesión, con la cual muchos sueñan ejercer y con ello también aparecen los malos, también conocidos como Fake Influencer’s.
La redes sociales llegaron a cambiarlo todo, incluyendo en esto el conducto regular para llegar a ser ‘relevante’ y/o bien conocido para un grupo de personas. Esto abrió las puertas hacia la popularidad a personas comunes y corrientes, como usted o como yo, de una manera mucho más fácil y cómoda, desde cualquier locación que tenga buena conexión.
De acuerdo a una recopilación de The Times, las empresas han gastado más de 200 millones de dólares a influencers fake en redes sociales pues el 11% de su total resultaron cuentas falsas.
Audiencias fantasma. Uno de los peores escenarios del fake influencer son sus cuentas falsas, las que provocan una audiencia fantasma que perjudica directamente a las marcas esponsorizadoras. De acuerdo a una recopilación de la revista Times New York, empresas han gastado más de 200 millones de dólares pagándole a influencers fake en redes sociales, de los cuales el 11% del total resultaron cuentas falsas.
Muchos de éstos quizás tengan la cantidad de seguidores necesarios para lograr una influencia, pero no la calidad de presentación. Es importante que el personaje en cuestión esté informado de lo que acontece y que cuenten con lo necesario para transmitirle a sus seguidores. Esto incluyen buena ortografía y redacción. Recuerde que los hashtag no hacen el trabajo, sino la estrategia de saber utilizarlos.
Existen muchos Fake Influencers, falsos embajadores y/o personajllos virtuales creados sobre la marcha, según red social y seguidores en éstas, con nombres originalmente reinventados; prototipos de millennials, aunque carentes de atenciones y orientaciones tipo Dady Boomer, que piensan que con 10 mil seguidores en una red social como lo es Instagram pueden decir palabrotas y asegurar que están correctamente escritas y /o habladas.
Compartir estados, estilos, formas, tiempos, lugares y por supuesto una buena dicción y ortografía para expresar pensamientos de terceros y hacerlos propios es parte del trabajo simple que es conseguir que las cosas resulten bien. En eso consiste el trabajo de un verdadero Influencer, un personaje real capaz de llevar una marca de terceros consigo, la que trabaja y representa de la mejor manera posible, buscando tiempos y lugares para enseñar lo bien que se está con lo que debe promocionar.
Pensar lo que otros piensan solo te convierte en un otro mas. Y decir “nadien” no ayuda, todo lo contrario refleja el falso embajador que llevas dentro. #fakeinfluencer #influencerfake #falsosembajadores #embajadoresfalsos
Carlos Pérez